Asociamos la creatividad a profesiones muy determinadas. Por supuesto, a todas las que tienen que ver con las artes, pero también a la publicidad, el marketing o la venta. Sin embargo, cualquier profesional debe entrenar la creatividad . Porque en cualquier profesión es necesario contar con ella para resolver problemas. Cuanto más creativos somos, más soluciones encontramos a los retos diarios. Y no solo en el mundo empresarial. También en el ámbito doméstico o en el de la búsqueda de empleo.
¿Cómo funciona el cerebro?
Para entrenar la creatividad es necesario saber cómo funciona el cerebro. Al fin y al cabo, es ahí donde se encuentra.
Las conexiones son la base del funcionamiento de nuestra mente
Dentro de nuestra cabeza, las neuronas establecen entre ellas conexiones muy semejantes a telas de araña. Tomamos cada una de nuestras decisiones conectando diferentes experiencias, datos, costumbres y conocimientos. Cuando el cerebro ha accedido a toda la información que consideramos relevante para una toma de decisiones, obtenemos una respuesta. Hay dos formas de establecer este tipo de conexiones.
- Pensamiento lateral o divergente: Acude a diferentes fuentes de información, establece relaciones que podrían parecer absurdas. Por ejemplo, a la pregunta de cómo hacer un lugar de trabajo más agradable, podría contestarse que convirtiéndolo en un sitio de vacaciones. Por supuesto, la respuesta requiere desarrollo. Pero para llegar a ella el cerebro habrá pensado, al menos, en qué le produce placer, qué no le gusta, cómo reproducir lo primero y cómo eliminar lo segundo. Y para ello, habrá recurrido a múltiples fuentes de datos mentales.
- Pensamiento convergente: se usa para resolver problemas que solo tienen una solución. Por ejemplo en matemáticas. Donde la respuesta a 1 + 1 siempre será 2. Las conexiones que establece el cerebro van en una sola dirección.
Técnicas para entrenar la creatividad
Como habrás deducido, entrenar la creatividad tiene mucho que ver con dar alas a nuestro pensamiento divergente y relegar el pensamiento convergente a un segundo plano. Esto requiere flexibilidad y una mentalidad abierta. Te proponemos 5 técnicas para lograrlo.
1. Escritura atomática: escoge un problema para el que necesites una solución, coge un bolígrafo y unas hojas de papel y deja que tu mano escriba, sin pensar. Puede que el resultado no tenga sentido al principio, pero si dejas que la escritura fluya aparecerán ideas interesantes que luego podrás valorar en equipo.
2. Acude a la experiencia ajena: ¿Cómo trabajan aquellos que ya han tenido éxito en eso que tú quieres hacer? No se trata de copiarles, sino de analizar cuáles fueron los mecanismos que les llevaron al éxito para poder adaptarlos a tu caso personal.
3. Emplea la técnica “mirada limpia” o técnica Moliere. Esta técnica para entrenar la memoria se basa en la introducción de un sujeto nuevo. Cuando estamos muy centrados en algo, a menudo nos cuesta ver las soluciones que están delante de nuestras narices. Una nueva visión nos ayudará a despertar conexiones nuevas en nuestro cerebro.
4. Estimulación aleatoria para entrenar la creatividad. Se tata de un experimento que puede resultar tan beneficioso como divertido. Introduce en una caja una serie de palabras aleatorías y luego coge un papel cada vez. Deberás obligarte a establecer una relación entre esa palabra y el problema o situación que te ha bloqueado. Sin trucos: no se puede descartar palabras difíciles. Esto hará que te obligues a pensar en la cuestión desde ángulos que posiblemente nunca se te habrían ocurrido antes.
5. Los ocho sombreros del pensamiento. Se trata de una técnica para entrenar la memoria en común. Cada participante recibe la misión de desarrollar una faceta del problema en cuestión: lo negativo, lo positivo, lo práctico, lo emocional… Así, el equipo tendrá una perspectiva más amplia y el pensamiento divergente podrá acudir a más puntos de conocimiento para establecer más conexiones.